JUAN MANUEL LOZANO MEJÍA

Nació en la ciudad de México en 1929 y estudió en la Facultad de Ciencias de la UNAM, obteniendo el título de físico teórico en 1953 y el grado de doctor en Física en1960. Su trayectoria profesional se desarrolló básicamente en torno a su labor docente en la mencionada Facultad —de la cual fue director de 1969 a 1973— y como investigador del Instituto de Física, aunque también trabajó un tiempo en el Observatorio Astronómico Nacional y en el Instituto Nacional de Investigación Científica (que después se convertiría en el hoy llamado CONACyT).
Su conocimiento del entorno educativo, científico y cultural lo llevarían a participar en la creación y funcionamiento de varias instituciones con proyección nacional, tales como el Colegio de Ciencias y Humanidades, el Colegio de Bachilleres y la Universidad Autónoma Metropolitana.
Como parte de la intensa actividad colegiada que desarrolló a lo largo de su vida, aparece ya entre los fundadores de la Sociedad Mexicana de Física (1950) y de la asociación precursora de la actual Academia Mexicana de Ciencias (1959); fue invitado e incorporado a diversas comisiones y consejos de instancias universitarias, y al fallecer en octubre de 2007 era miembro de la Comisión Especial del Consejo Universitario para el Congreso Universitario, instituida en 2002.
Desde 2004, se confiere la medalla y diploma con su nombre a los estudiantes asociados al Instituto de Física que destacan en esta área del conocimiento.
El legado documental de Juan Manuel Lozano pasó al Archivo Histórico por donación de quien fuera su esposa, en octubre de 2008. Lo constituyen, en gran medida, materiales relacionados con la investigación y la enseñanza de la física y con el apoyo a las labores que desempeñó el doctor tanto en la Facultad de Ciencias y el Instituto de Física como en los diversas comisiones u órganos colegiados de los que formó parte, el Consejo Universitario entre ellos. También contiene originales o borradores de artículos y ponencias propios o de otros científicos, una breve pero sustanciosa porción de su correspondencia personal, así como libros y folletos, entre otros impresos, algunos especialmente valiosos por las anotaciones al margen de Lozano.
En su conjunto, el acervo proporciona testimonios de la vida académica desde diversas perspectivas, y sobre el desarrollo científico en el México del siglo xx, particularmente en nuestra universidad.