MARTÍN LUIS GUZMÁN
Martín Luis Guzmán Franco nació en la capital de Chihuahua en 1887. Siendo estudiante de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en 1909 fue nombrado secretario en el consulado de Phoenix, Arizona; más tarde se vinculó al maderismo, en 1913 se incorporó en Culiacán a las fuerzas revolucionarias de Ramón F. Iturbe y en 1914 pasó a las órdenes de Francisco Villa, a quien representó en la ciudad de México durante la entrada de los constitucionalistas.
Fue secretario de la Universidad y director de la Biblioteca Nacional durante el gobierno de la Convención (presidencia de Eulalio Gutiérrez), cuya desaparición lo obligó a exiliarse en España, Francia y Estados Unidos entre 1915 y 1918. Al regresar trabajó en el Comité del Centenario (1921), fundó un diario vespertino y fue diputado federal por el Partido Cooperatista Nacional.
Por secundar el levantamiento de De la Huerta, en 1924 debió exiliarse de nuevo, viviendo en España los siguientes once años, y hasta antes de la Guerra Civil, como escritor, periodista y colaborador de Manuel Azaña, presidente de la segunda república española.
A su retorno en 1936 comenzó la redacción de una historia de la Revolución Mexicana que dejó inconclusa, así como la parte más abultada de su obra literaria; fundó importantes grupos editoriales y la revista Tiempo, ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua y en 1958 recibió el Premio Nacional de Literatura. En los sesentas formó parte de la representación mexicana ante Naciones Unidas, fue presidente de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos desde su fundación y senador de 1970 a 1976.
Sería notable su influencia como político e ideólogo, impulsor de algunos importantes rituales de la vida pública como el Día de la libertad de prensa o la Marcha de la lealtad; participó en la formación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y en la reforma educativa de 1973.
Ocupa un sitio fundamental en la historia de la literatura mexicana, destacando sus novelas El águila y la serpiente (1928), La sombra del caudillo (1929), Memorias de Pancho Villa (1938) y Muertes históricas (1939); es responsable de que la figura de Villa haya sido reconocida por el régimen posrevolucionario y uno de sus mayores logros fue el rescate de la herencia de los liberales a través de la colección El Liberalismo mexicano en pensamiento y acción.
Murió en la ciudad de México en 1976.
Este valioso archivo fue adquirido por compra en diciembre de 1995, y en él se documenta ampliamente la trayectoria de Guzmán, incluyendo una abundante correspondencia con familiares y amigos o políticos, así como fotografía y hemerografía; aspectos administrativos y contables relacionados con sus bienes y empresas personales y, respecto de sus tareas como editor, diversos asuntos relativos a la Cámara Nacional de la Industria Editorial y su Instituto del Libro, el Instituto de la Opinión Pública (creación suya) y, por supuesto, la Comisión del Libro Gratuito, sobre la cual se conservan guiones pedagógicos e incluso testimonios de las polémicas y ataques que suscitó esta labor.
De su producción intelectual sobreviven manuscritos de algunas obras, destacando los artículos periodísticos y debates, además de textos generados como académico de la Lengua, entre otros, y para la historia de la Revolución Mexicana hay una significativa cantidad de documentos inéditos o muy raros, en forma de originales, transcripciones, hemerografía y archivos particulares (destacadamente el de José María Maytorena), así como ficheros de referencia y material para la elaboración de índices de personas, lugares, etcétera.
Finalmente, la actividad política también se ve reflejada en documentación sobre el Partido Nacional Liberal Mexicano, que dirigió en los años cuarenta, y sobre su desempeño como senador de la República.